Si estas pensando que llegué a tu vida para hacerte daño,
no digas que Dios me perdone, porque mi cariño no fue en vano,
el amor no fue hecho para herirse, tampoco para mentirse,
por eso Dios hace separaciones, el conoce nuestras intenciones.

No fuiste lo que a mí sostenía, fuiste lo que tal vez no me convenía,
escrito estaba que a mi vida llegarías, y que de mi te alejarías,
no repruebo tus actitudes tan frías, tus palabras sin melancolía,
son tus razonamientos que mientras te conocía, nunca entendía.

Exasperabas tus propios sentidos y por eso volabas a mi olvido,
provocabas con tu actitud que no existieran los buenos entendidos,
no supe si te amé poco o te amé mucho, y por esa cauza por tí ya no lucho,
abrí el baúl de los recuerdos, te guardé ahí, y tu amor ya lo entierro.

Brisa fresca que baño momentos, en aquellos días que te conocía,
solo sé que no conozco de odios, siempre desearé lo mejor para tu vida,
nubes viajeras que te lleven mi mensaje, que seas feliz mi alma desea,
y que no me odies al cielo imploro, para bien tuyo, sin venganza ni odio.

Martín.