pondré a secar las palabras
que no gritan lo que dicen,
si son de honor,
de mentiras o verdades,
si maldicen si bendicen
que al secarse se las lleve el viento,
que se queden las que mucho me dijeron,
que se vayan las que me entristecieron,
las que como lanzas me crucificaron
que se queden aquellas que me motivaron,
que al llegar con su fragancia
mis sentidos inundaron,
palabras del sur y del norte,
de donde sea siempre llegaron,
pondré a secar las palabras
que se quemen con el sol naciente,
aquellas que masacraban mi mente,
para hacerlas caer por pasadisos infinitos,
que nazcan de nuevo en semillas
y que den frutos benditos...
Martín.