Son como las pintan...

Hacía un buen tiempo que no escribía algún relato, le daré rienda suelta a las teclas y me dejaré llevar por los recuerdos, observando esta imagen dinámica pensaran que en pleno mes de junio estoy recibiendo el halloween o que soy algo de brujo, nada de eso, es un simple laboratorio con un gato negro esperando a su amo o a su ama que se yo, unas calaveras asomando sus cuencas oscuras, y unas telarañas con sus huespedes. Algo así me tocó encontrar en una casa vieja de una señora que vendía huevos y que mi madre me mando a comprar, entré por la parte trasera del patio, enfadado de llamar y llamar, después de que nadie me abría la puerta, la empuje y lentamente fue abriéndose, opté por darme yo sólo el permiso para dejar llevar mis pasos por el patio de esa casa, decían los vecinos que la dueña de esa casa era bruja, en algo tenían razón, siempre han dicho que las brujas no quieren a los niños, y ella misma desparramaba agua helada, a veces caliente de los que osábamos en jugar a las canicas en la parte de atrás de su casa, separada su propiedad por una barda de ladrillos viejos, corríamos con la ropa empapada dejando atrás los gritos que hacían eco en la calle donde vivía, así que cada paso que daba en ese patio inmenso, gritando, holaaa!!! holaaa!!! estaban disfrazados de temor y de miedo, siguiendo caminando por ese patio al pasar cerca de un cuarto al lado derecho de la entrada de la puerta trasera de la vivienda, observé un extraño "demonio disecado" asi le llamé,
era algo parecido a un ser extraño de alrededor de 60 cms. colgado y incrustado sobre un clavo grande, con ojos raros tipo asiáticos, y una dentadura espantosa, las costillas pegadas a la columna vertebral muy parecido a un esqueleto humano, sus brazos terminaban con unas manos de dedos largos y uñas afiladas, sus pies muy parecidos a las manos, me quede ahí, boquiabierto mirando fijamente a esa rara criatura disecada, fui interrumpido por la bruja diciéndome, ¡¡¡que haces aquí!!!, mi madre me manda a comprar huevos, extendí mi mano con el dinero, ella lo tomó, mientras su mirada traspasaba la mía, haciendo desviar mi mirada a la de ella, aun así, tuve la osadía de decirle, ¿me puede decir usted que clase de animal es esa criatura disecada? si, me contesto, le llaman el demonio del mar, sabia que no me decía la verdad, siempre fui un asiduo lector de una enciclopedia que dejaba ver sus lomos en un estante de la casa donde vivía, y conocía la mayoría de las criaturas marinas, ese ser disecado parecido a humano, no era marino, aun así, le respondí, ¿demonio de mar? si que es raro, hasta el día de hoy nunca lo conocí, ¡¡pues ahora te lo presento y ya deja de hacerme preguntas, anda toma tu pedido!!en ese momento el timbre del teléfono se escucho y fue ella hacia el interior de la casa a contestarlo, yo simplemente me encamine hacia la salida, al llegar a la puerta del lado trasero que comunicaba con la calle donde vivía, por mas que intentaba abrir la puerta no lo lograba, así que me encamine hacia la casa, tendría que decirle a la bruja que abriera la puerta de su patio, la llamaba insistentemente y no recibía respuesta, así que me introduje en la vivienda, los pasos me parecían siglos uno a uno cada vez que los separaba, si ella me encuentra aquí dentro tal vez me va a convertir en sapo, lo que trataba yo ahora era encontrar la salida de la parte de enfrente de su casa pero no encontraba la puerta de aquella casa, al pasar por una habitación, me llamó la atención un gato negro parecido al gato angora, "gulps" dije, los gatos angora son de pelaje café y de ojos azules, ese gato no es gato, ¿es un gato perro? un miau dejando enseñar sus colmillos, erizo mi piel, cerca de él y sobre una mesa muy grande, estaban montones de frascos con criaturas rojas y blancas dentro de ellos, ¿que seria aquello? nunca lo entendí, lo que si me quedo claro, las casas de las brujas son como las pintan, hilos blancos pendían de los rincones de las paredes, eran las telarañas que pegadas colgaban con sus diminutas arañas de patas largas, por fin, llegué a la puerta, la cruzé como si llevara sobre mis pies cohetes que me llevaban a alta velocidad, jamás volveré por aquí, me repetía a cada instante, encaminé nuevamente mis pasos sobre la calle de mi barrio, pasé por la parte trasera de atrás de la casa de la bruja, y al pasar por su puerta escuche una voz que dijo, "vuelve pronto para obsequiarte un demonio del mar", jamas regresé a aquella casa, por mucho tiempo llevé pegada a mi mente esa criatura disecada, y lo que si, como dije anteriormente, las casas de las brujas son como las pintan, un gato negro, arañas y esqueletos.



Martín.