Verdaderos tesoros que ahí permanecen, rodeados de versos, de muchas palabras cual joyas que resplandecen, tomando de ellas lo que nos corresponde, en acontecimientos pasados o presentes, nos llevaremos lo que mencionamos, de ayeres que ya pasaron y de aquí en adelante los presentes para ser recordados...

domingo, 18 de noviembre de 2012

Sonar de campanas...



Aprovecho el tiempo de ese sonar de campanas nocturnas
que me invitan a seguir escribiendo,
a veces suenan lúgubres que me invitan a hundirme
 en la laguna para querer terminar muriendo,
y si suenan apacibles con ese sonar de gran calma
 cayendo desde el cielo corazones latiendo
para querer seguir viviendo,
aunque para siempre otros corazones
el mismo cielo los esta recibiendo,
no todo esta oscurecido aunque el sol ya se ha ocultado,
 la bóveda del cielo esta brillando,
son las estrellas inquietas llenas de destellos
que los paisajes oscuros con su luz están cautivando,
sonar de campanas que en la orilla de la laguna me están durmiendo,
los vientos mecen el muelle moviendo al agua,
para levantar pequeñas olas que provocan ruidos,
tal vez quieren despertar a los sueños
que escapándose se volvieron para siempre furtivos,
volaron con alas en las distancias
para encontrarse con otros sueños para permanecer unidos,
sonar de campanas que me han dejado dormido,
y en los destellos de la luna me han dejado escondido...
Martín.

martes, 13 de noviembre de 2012

Palabras del corazón...


Caían los corazones presagiando
tormentas que sacudían los cielos,
encerrados en ellos todas la palabras
que no pudieron cumplirse,
dejando escapar todos los besos
 escondidos dentro de sus entrañas,
palabras del corazón para saber 
si me olvidaste o si me extrañas,
aves que se llevan en sus plumas
promesas que caerán en el vacío,
abrazando al universo para dejar
esas palabras esparcidas en el tiempo,
naciendo como espigas en llanos
secos bañados por el sol bravío,
palabras del corazón susurrandote 
en tu oído cuanto te he querido,
obsesiones revolcadas en un remolino
para saber si estoy en el olvido,
juntando corazones de tus palabras de cariño
que envolvían mis sentidos,
para hacer con ellos sueños de magia
que los dos siempre conocimos,
palabras del corazón para sacarlos de ahí
y tatuarlos en el árbol de mi vida,
para llevarlas conmigo y despertar pensando
 lo que yo hubiera querido,
los corazones se disfrazaron,
las palabras los descubrieron
y descubrí cuanto me amaste,
palabras del corazón para jamas
olvidarme de todo lo vivido..

Martín...

jueves, 8 de noviembre de 2012

interactuar...

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilbQfE0ECP4jlAysqoZU31MnqTaTtAh-OQ8oafF4ODl6zmrygK0-Z0ffKlTQQFEh1q7PqTtiEH6vIaenTNoaptUb8r2jXmm0_mkqD0cg-s4tNp-8WEthNvAWKnE6DKkB6K5a6Z_afX2Q/s400/ReikiArtChakrasGlitter2.gif  
Interactuar con el universo mismo, llamando a las esferas luminosas,
y atravezar la tercera dimensión, utilizando energías que se llaman a si mismas,
 llegando a un souvenir de ciudades luz completamente espirituales,
donde sintonizan esferas llenas de prodigio y de grata magnitud,
así quiero permanecer, alejado de miserables sentimientos humanos
observando las fauces de la destrucción de sus oscuros caminos,
pisando las huellas de las muchas lágrimas que derraman inocentes,
de los llantos que taladran mis oídos de todas las almas sufrientes,
de las tempestades que traen en sus básculas el peso de desolación,
de los movimientos que sacuden la tierra tragándose la sangre de sus caídos,
observando la puerta gigante para entrar a vivír en la ciudad sufriente,
por donde caben miles en comparación con la entrada de la puerta dorada,
por donde caben solo dos, observando la fila por donde entrarán cientos,
es la puerta de la restauración, la puerta de la bienaventuranza y de la luz...

Martín.



domingo, 4 de noviembre de 2012

El ensayo...



El ensayo en la eternidad comenzaba,
el telón del cielo se abría y aparecían las almas,
algunas se buscaban sin poderse encontrar,
el reloj de la vida de alguna de ellas avanzaba todavía
en el viento del otoño terrenal, no era el tiempo de poderse abrazar,
el espejo del mar reflejaba los rincones
de ese espacio escondido que no era fácil buscar,
 las estaciones iban y venían
y se tomaban aquellas que las almas quisieran alcanzar,
tapices de suelos blancos que las manos de los ángeles arrancaban,
eran plumas que nacían y eran lanzadas hacia la orbe terrenal,
convertidas en copos que dormían sobre montañas,
y acariciaban las hojas de los pinos y los follajes verdes
de los paisajes pintados con las acuarelas
de la mano divina que los formó,
eran ilusiones que se podían tener,
como trigo naciente que pertenecia desde siempre,
desde antes que esas ilusiones se pudieran conocer,
 poderosos guardianes que daban ánimos
convertidos en racimos de uvas que se podían llevar,  
era un mundo hermosamente descomunal,
no daba miedo la gran enormidad,
las nubes bajaron sus cortinas,
el ensayo terminó, quede ahí esperando el próximo evento,
paseé mi mirada y aun no te encontré,
seguiría esperando...

Martín...

sábado, 3 de noviembre de 2012

jueves, 1 de noviembre de 2012

Un adios...



En un adios dejé ir para siempre
lo que sabía que algún día debía de soltar,
y no era cobardía ni era tampoco desamor,
era simplemente la realidad misma
sabiendo que no se puede entregar mas,
cuando se puede saber que se da todo
porque pensando en alguien se puede a veces
olvidar de la existencia de uno mismo,
porque también a veces se puede amar sin tenerse
y se puede querer sin mirarse,
abriendo mi mano te dejo en libertad,
extiende tus alas, vuelta tan alto como puedas,
tan sólo voltea a mirarme,
porque quiero dejar grabada en mi mente tu mirada
como destellos que iluminen mis caminos,
 que también puedan bendecirme
y hacer de una lágrima tuya un manantial
que calme la sed al no poderte encontrar,
 las estaciones pasarán desfilando
arrancando inagotables hojas de mi calendario,
y con el lienzo de mis poemas
dibujare tal vez un corazón roto
cerca de un rió para que refresque su herida,
cure las rotaduras y sea jubiloso de nuevo,
mientras tanto las teclas del piano
se mueven diciéndome en triste melodía,
que no habrá nadie que pueda amarme como me amaste tu,
ni nadie que pueda amarte como te amé yo...

Martín.