Te conozco...

Conozco lo que vives, lo que esperas y lo que en tu alma sientes,

no necesito saber lo que conozco de ti, porque ya todo lo conozco,

también conozco lo que siento cuando llegas, cuando apareces,

eres luz de luna que inunda madrugadas cuando a tí te invoco,

cuando sigilosa y de puntillas en mis sueños de pronto te meces,

rayos de luna que pintan de escarcha los deseos de poder tenerte,

de aquella mirada que también conozco, y que tanto me arrulla,

de las aves que en la mañana me cantan que también me sientes,

aves que en sus plumas de plata, van los besos que quisiera darte,

y de cantos que también te dicen lo que daría por poder verte,

luz de luna yo te he visto, yo te conozco, cuando agitas mi entorno,

te conozco desde el fondo de mi espejo, esfumándote en mis universos,

te conozco desbocando todos mis latidos y activando mis sentidos,

te conozco luz de luna, embriagada en gran gentileza tu mirada,

mirada que se posa sobre mí, que me atrapa y me lleva a su morada,

mirada que ahora se ha ido, que no he visto, no se hacía donde ha huido,

la noche llega, y con ella, la luz de luna, abriré mi ventana podré mirarla,

así me quedaré, sumergido en sus rayos y mis sueños que en ella se escapan.

Martín.

Serás...

Serás lo que soñé, serás lo que anhelé, aunque nunca te pude tener,
serás como esa sombra extraviada, que a donde vaya puedo ver,
serás siempre el inicio de mi poseía que a mi alma puede entretener,
serás el final de aquel sueño en donde al irte de mi, nunca lo quise entender,
la vida es así, a veces se puede reír y llorar, ganar y a veces perder,
y aunque ya no estés, sobre las huellas de mi mano tu nombre puedo leer,
lineas que pueden dibujar palabras que dicen, no te dejaré de querer,
sombras de la luna que se pueden tocar, no se dejan de sentir ni de olvidar,
sombras en mi mano que aparecen y que también puedo siempre besar,
rayos de luna que al colarse por mi ventana hacen mis ojos cerrar,
para no dejar de recordar, a aquella musa que tanto llegué a amar,
serás aquello a quien no dejo de pensar, serás aquello que no quiero soltar,
y te dejaré ir, no cuando lo quiera yo, ni cuando lo quieras tú,
te dejaré ir, cuando ya no me puedas sentir y lo sabré cuando te deje de soñar,
destellos de lunas o lunas de las rosas, es el amor que no dejaré de recordar.

Martín.

Hojas de árbol...

Verdaderos Tesoros que debajo de mi árbol ya sin hojas, aún siguen brillando,
dentro del sol, las manecillas del tiempo están avanzando, yo sigo esperando,
que al árbol de mi vida, muy pronto las hojas lo estén abrazando,
un ángel desde el cielo me esta gritando, no te estés cansando, sigue luchando,
verdaderos tesoros tendrás en tus manos, no te estés desesperando,
verdaderos tesoros que me están tranquilizando, son esas voces,
que siempre estoy escuchando, fulgores que me están siempre calmando,
estrellas que bajan y se convierten en sinuosas pastillas que mi vida están
alargando, parte de un tesoro que a veces sin querer no estoy deseando,
pronto las hojas llegarán, ciclos que ya se están cumpliendo, se están vislumbrando...


Martín.





Sobre la copa del árbol de mi vida existe un ángel que siempre me dice, no te confundas ni pierdas la fe, levantate a la vida porque tu naciste para sobrevivir, estoy contigo, no te dejaré.