Cuando un amigo llega, llega también la bonanza
y el corazón parece cantar una gran alabanza,
un amigo aparecerá cuando Dios así lo quiera,
o se marchara, aun cuando también lo dispusiera.
Mis amigos son también como verdaderos tesoros,
cada uno es una joya, sus valores brillan cual oro,
y a los que en el cielo para siempre ya partieron,
en el ultimo suspiro de sus vidas les recuerdo y lloro.
A mis amigos los llevare incrustados en el alma,
siempre están ahí, prodigándome esa gran calma,
palabras de consejo, de paz y de camaradería,
suerte divina del cielo que en su amistad encontraría.
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