Bienvenido, el viento sopló y cerró la puerta,
mis amigos no ocupan permiso, se abre y se cierra,
palabras de aliento y abrazos sinceros y cariños mutuos,
de fuegos en las miradas en que se queman,
inciensos con olor a camaradería y grata compañía,
esos son mis amigos, mis verdaderos hermanos,
que me llaman la atención cuando caigo en errores o desgano,
que oran, que ríen, que están a mi lado y que a veces lloran,
y que siempre, esos amigos, estan en mi presente y mi memoria,
existen aquellos que llegan de improviso, que te llaman amigo
y eso no importa, hay permiso, son como copos de nieve,
se hacen agua, y se secan, se esfuman,
son como espuma, que el mar hace explotar en sus relieves,
van en sus pasos cosechando y amistades derrochando,
a veces ignorando lo que una amistad esta significando,
los verdaderos brillan como el oro, en sus ojos hay franqueza,
cariño sincero, es tesoro invaluable, que en el horno del alma,
como el metal dorado se ablanda, desbordando cariño,
no endureciéndose como el barro, que son aquéllos,
improvisados amigos que se cruzaron en nuestros caminos.
Martín
mis amigos no ocupan permiso, se abre y se cierra,
palabras de aliento y abrazos sinceros y cariños mutuos,
de fuegos en las miradas en que se queman,
inciensos con olor a camaradería y grata compañía,
esos son mis amigos, mis verdaderos hermanos,
que me llaman la atención cuando caigo en errores o desgano,
que oran, que ríen, que están a mi lado y que a veces lloran,
y que siempre, esos amigos, estan en mi presente y mi memoria,
existen aquellos que llegan de improviso, que te llaman amigo
y eso no importa, hay permiso, son como copos de nieve,
se hacen agua, y se secan, se esfuman,
son como espuma, que el mar hace explotar en sus relieves,
van en sus pasos cosechando y amistades derrochando,
a veces ignorando lo que una amistad esta significando,
los verdaderos brillan como el oro, en sus ojos hay franqueza,
cariño sincero, es tesoro invaluable, que en el horno del alma,
como el metal dorado se ablanda, desbordando cariño,
no endureciéndose como el barro, que son aquéllos,
improvisados amigos que se cruzaron en nuestros caminos.
Martín
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