Escuchaba voces en el viento
que venían del otro lado del mar
que venían del otro lado del mar
para calmar un poco con caricias
conocidas lo que me hace mal,
conocidas lo que me hace mal,
cachitos de cielo que dificilmente de mi vida
pueda para siempre arrancar,
pueda para siempre arrancar,
lágrimas de sal que al recordarte y desearte
mi pensamiento puedes endulzar,
mi pensamiento puedes endulzar,
bocanadas de aire para atrapar los besos
que siempre nos pudimos dar,
que siempre nos pudimos dar,
y aunque los dos pusimos un final
en el cielo quedo escrito fue un amor real,
en el cielo quedo escrito fue un amor real,
porque justo en medio de los dos
la distancia no separaba
sino que nos acercaba más,
la distancia no separaba
sino que nos acercaba más,
olas que vienen y van, como la vida que ahora está
y que después se puede cortar,
remembranzas de palabras acomodadas en las arterias
de un corazón que con su palpitar
y que después se puede cortar,
remembranzas de palabras acomodadas en las arterias
de un corazón que con su palpitar
nunca olvida cuando dijiste que aunque la vida
te pueda faltar hasta ahí me llevarás,
te pueda faltar hasta ahí me llevarás,
en la arena un corazón voy a trazar
y dentro de él un destello de luna voy a dibujar,
y dentro de él un destello de luna voy a dibujar,
para tener siempre presente que nadie así jamas
alguien me pudo tanto amar
alguien me pudo tanto amar
regocijos de un corazón llevando un mensaje
a través de tanta inmensidad,
a través de tanta inmensidad,
que al escucharlo en tu oído como un caracol
te podrá decir yo te amé de verdad...
te podrá decir yo te amé de verdad...
Martín.
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