Tardes sumergidas en donde el pensamiento dibuja deseos imposibles,
acuarelas que pintan grises momentos de todo lo que sin querer siento, de aquellas sombras que cubren agotadas y lejanas esperanzas,
inmensidades del pensamiento atrapando innolvidables momentos.
Una banca en el parque se oscurece cuando el sol en la lejanía se pierde,
de ti no perdí nada, los recuerdos jamas se oscurecen, felices se mecen,
porque las voces que gritan, de aquellos que en las distancias musitan,
que jamas se están olvidando, y en el cielo un corazón esta palpitando.
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