Verdaderos tesoros que ahí permanecen, rodeados de versos, de muchas palabras cual joyas que resplandecen, tomando de ellas lo que nos corresponde, en acontecimientos pasados o presentes, nos llevaremos lo que mencionamos, de ayeres que ya pasaron y de aquí en adelante los presentes para ser recordados...

viernes, 30 de octubre de 2009

<<span class=

Suceso real vivido por el autor:

Casona rodeada de silencios y perdida entre montañas, fantasmas que
se respiran, escondidos tal vez tras las cortinas que se mueven por el ulular
del viento, sera acaso el oriental uno de esos fantasmas que miran
traspasando la sensación del que siente su presencia,
si acaso investigando mis dudas, subo al siguiente día de la que fue
su recámara, y sobre el que fue su descanso y sonó alguna vez aquel que tuvo vida,
una cama lúgubre se expandía, y en la pared un retrato del oriental
de ojos rasgados y mirada profunda, que parecía decir ¿y tú que haces en
mis aposentos? y mirando hacia una terraza de ese cuarto del segundo piso,
me dirijo hacia esa salida, me recuesto sobre una barda de cemento pulido,
escuchando a lo lejos el cantar de las aves y el viento que se colaba
entre las hojas de los árboles, la puerta se cierra, es el viento me dije,
recordé a la que ocupaba la casa, familiar cercano, no entres ahí me dijo,
unas ramas de un árbol de guayaba se mecían cerca de mis manos,
arranque algunas, las he probado, olor a guayaba mesclado
con olor a fantasma, diciéndome a la vez, ya quiero salir de aquí,
levantándome me dirijo de nuevo a ese cuarto,
y de nuevo ese retrato de mirada retadora, de ojos pintados por el artista,
pero que parecen observar a aquel que se atrevió a entrar sin permiso,
y en segundos en aquel día soleado de repente el ambiente se pone frío,
mientras mis pasos parecen que se detienen, haciéndose una eternidad llegar
a la puerta, que alivio abrirla, ya ni voltear me han quedado ganas,
solo cierro esa puerta, no sin antes decir, perdón oriental por entrar
sin permiso.

El_Mago



<<span class=

La casa de los fantasmas tienen una historia, mitad irrealidad y mitad silencio, de historias transformadas, con olor a fantasmas terroríficos que a veces se asoman por algún ventanal o alguna terraza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario