Las Torres Gemelas

Indiscutiblemente una de las noticias que mas impacto tuvo en el mundo entero, fue el ataque terrorista contra las torres gemelas, de los testimonios que dejaron huella y que es donde viene la resultante de que estamos donde Dios nos pone, fue aquel testimonio de la Mexicana Ingrid Campos, justamente encaminaba sus pasos hacia el ascensor para subir al piso 72 de la torre 1,(antena) estaba a escasos metros de ese ascensor cuando escucho una fuerte explosión, regreso hacia la puerta de salida y menciona que lo que siguió de ahí fue una verdadera pesadilla, cada 11 de septiembre, asegura ella, da gracias a Dios por permitirle nacer de nuevo. Un argentino de nombre Matías, se encaminaba hacia su trabajo en el piso 45, un día anterior había ido a comprar unos zapatos, cuando al ponérselos sintió una pequeña molestia en el tobillo, decidió antes de entrar a su trabajo, encaminarse a una farmacia, pensó, tendré dos minutos de retraso pero me sentiré mejor si me pongo un curita, por un curita, salvo su vida, y por la idea que Dios sembró en su mente, para darle la vuelta a la entrada de la torre. Hubo también ángeles en la tierra que dieron su vida, luchando por el rescate de los que estaban atrapados, como también el Argentino Mario Santoro, paramédico, que se encontraba en su casa, a tres cuadras de las Torres Gemelas, salio a auxiliar pero nunca regreso a casa, Gabriela otra Argentina estaba en el piso 106 de la Torre Norte ( sin antena ) donde se estrello el primer avión, ese día había ido a la presentación de una empresa de informática donde había ido a trabajar como gerente, se comunico varias veces con su familia desde ese piso, pero no pudo salir con vida, su cuerpo fue reconocido 15 días después de los ataques, con esto quiero apuntar que no todo fue como quisiera pintarlo, lo antes escrito duele y mas en aquellos seres queridos que vieron por ultima vez a los mas de 3,000 personas que murieron en las torres gemelas, de las cuales 343 eran miembros del departamento de bomberos de Nueva York. Y es que aun en nuestros días las secuelas aun continúan, ya que, todos aquellos que vivieron de cerca esos momentos, y que lograron escapar con vida, experimentan síntomas de stress o depresión entre otros problemas, no fue fácil salir libres de aquel momento sin que en la mente de muchos observaban como sobre las calles caían los cuerpos de los que saltaban de los pisos de las torres.
Es un poco fuerte lo que escribo, pero también se, que no todo fue miel sobre hojuelas, la realidad también es otra cosa y no todos los que intervinieron en este gran trance tuvieron un final feliz, las torres no eran una maravilla del mundo, pero para los que algún día desearon conocerlas si lo eran, entre esa estadística estuve yo, murió mucha gente, murieron las torres, los finales felices pueden ser que muchas personas regresaron a casa escapando de finales trágicos, padres, hijos, hermanos, lazos que se estrechaban de nuevo renaciendo los milagros, así es como quiero terminar este relato, no rebuscando mas los dolores que bien se pueden escribir de tantos y tantos testimonios de los familiares de las victimas, mejor mencionare que siempre estaremos donde Dios nos ponga, pidamosle siempre por la protección diaria y por las bendiciones, para que siempre podamos ver el siguiente día con un sol radiante. Un curita, un presentimiento son también causas de Dios en nuestro caminar.

Martín.