Haré de cuenta que fuiste lluvia fresca
que baño los rincones de mi tierra árida,
trayendo bonanza y haciendo nacer espigas
en bastos horizontes de mi alma comprimida,
incrustándote en la salvia de mis arterias
que se riegan en torrentes oasis como suaves melodías,
que le cantan a mi sentidos que por mas que intente encontrarte
mas te alejas de mi vida,
observando el semblante de mi mirada que no es la mía
porque en ti se ha quedado escondida,
tienes el derecho de entregarla y dejar irme
a recoger los frutos de sueños que mis deseos prometían,
un sol y una luna, una oscuridad y una luz,
deberán ser siempre historias sólo de dos
en murallas de amor sostenidas.
Martín.
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