Cerré la puerta detrás de mi,
le dí la espalda y dejé encapsulados
algunos momentos de mi vida,
encerré algunos para volver a vivirlos algún día
fueron gratas luces de amor y de melancolía,
amor de lejanía que deseé vehemente con el alma
y en el corazón del verdadero tesoro encerraría,
quedé sentado sobre esa ventana de la otra dimensión,
pude observar lo que ahora viviría,
miré fijamente que la luz todo lo llenaba,
y aunque el atardecer intentaba esconderse
aun así resplandecía,
nada era diferente de lo que ya conocía,
solo que de ahora en adelante otros colores tendrían,
el sol daba su mejor concierto,
era la hora de despertar y del trinar que las aves podían cantar,
era mi mundo diferente donde ahora todo podría cambiar,
poner y quitar y los paisajes hasta ahí arrastrar,
ponerlos a mi antojo como a mi me pudiera agradar,
cuando yo quisiera tomar y por decisión soltar,
era la hora de sellar la ventana de la otra vida,
sanar todo lo que me traje de ahí para amar y perdonar,
también pedir perdón para merecer bendición,
seré libre, nada me ata ni a nadie ato, estoy en paz.
Martín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario