Resbalaban en el aire las hojas secas de un deseo
mientras las hojas de un poemario moría lentamente,
quedaban plasmadas las letras que se escribían
en donde el tiempo las borraría inevitablemente,
dos amantes se esfumaban en el horizonte
llevándose con ellos lo que pudieron entregarse,
eran tardes deseadas cuando se encontraban
y llegaba la noche presagiando besos para amarse,
aires otoñales que mojan recuerdos de ansiadas ansias
que aun no se han dormido para siempre,
angustiadas prisas de agonías revueltas en pedazos de vida
que cuesta junto con ellas respirarlas,
almas con heridas abiertas hacia el cielo
que el bálsamo del tiempo untara con gemidos y así curarlas,
espacios felices pintados con la acuarela de colores
de atardeceres que incitaron fabricar poemas,
verdadero tesoro en un son de amor
que poco a poco se aleja como el mar en estruendosas mareas,
versos cayendo en el aire de una historia de amor
que cambio para decir adiós en besos sin despedidas...
Martín...
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