Niño soldado

Pasaron los años y el niño soldado seguía enfrascado en el tiempo,

detenía las balas que quemarían su piel

convirtiéndolas en hojas que el otoño arrancaría para verlas desaparecer

escuchando a lo lejos quejumbrosos sonidos,

para en un instante en pasadizos secretos dejarlos escapar

niño soldado de casco de acero nada te puede matar

solo la mano de Dios si quiere lo puede intentar,

niño soldado tu imagen sera mi escudo,

tu espada las mejores de las luchas que podré tener,

el tiempo me dice tambien que nunca te podré encontrar,

tu imagen encontré sin querer, niño soldado respira, ven,

escapa, escondete, vamos los dos a jugar,

y si acaso encuentro tu casco tal vez me lo puedas prestar,

soldaditos formados que siguen la orden de su general,

vayamos todos en el tiempo en donde siempre se puede ganar...

Fotografía fechada en 1895.

Martín...