Era la antología ghótica
de una ciudad en penumbras
no existían luces que se despedían
y volvían de nuevo,
se soñaba y se despertaba
siempre entre sombras,
de dos lunas esplendorosas y de estrellas
que estaban reviviendo
aquellos sueños de germinar melancólico,
y el rumor de voces en el viento
que se escapaban en sonetos de conjunción
era la ciudad ghótica
de astros luminosos en el cielo,
entre ráfagas de cometas fugaces
de noches eternas y de noches nada...
Martín.
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