Laberintos que llevan caminos hacia luces que sembró el destino,

no habrá desesperos, pero si fé inmensa, eso siempre lo espero,

al cielo le pido, me muestre salidas, que nadie en el mundo lo impida,

abrí una puerta, ahí no soy nadie, es como vivír y no tener vida.

Sigo mis pasos por esos caminos que en las lejanías se extravían,

una mano siempre me sostiene, termino cansado, siempre me duerme,

se abre una puerta, son rompecabezas que a armarlos me invitan,

armándolos y uniéndolos son unos ojos que también quieren verme.

Permanecer unido en cuerpo y alma, después de morír y antes de nacer,

porque se abren puertas donde se puede de nuevo volver a renacer,

ahí no hay nada que podrá deshacer, milagros que se puedan hacer,

son puertas de rayos de luz, miradas que alegran de lo que se puede tener.

Encontrar esa puerta, custodiada por un Angel me puede convencer,

que jamas en la vida no habrá nada que me impida siempre crecer,

ayudas divinas que el mismo cielo en todo momento me ayuda a contener,

esos caminos que avanzo, y ahora desde lejos esa puerta ¡¡¡puedo ver!!!

Martín.