Los pasteles han estado presentes durante mucho tiempo en mi vida, no son imprescindibles porque hay otras buenas razones para ser felices mientras se tenga vida, pero para mi punto de vista, han sido siempre necesarios en las fechas especiales como son los cumpleaños o las fiestas de navidad, durante mi infancia, lo primero que hacia cuando concurría a algún onomástico era ir a la mesa en donde estaba un decoroso pastel, si era de chocolate ya lo saboreaba sin probarlo, soy un admirador de los pasteles tanto para observarlos y probarlos, y me quedo absorto que mientras yo ando en las nubes saboreando el mas delicioso pastel que me han ofrecido en alguna boda o cumpleaños, y hundiendo de vez en cuando el tenedor en la textura espumosa del pan, llego a escuchar,"esta demasiado dulce" o la clásica "este pedazo hará que pierda la linea", con este tipo de declaraciones o es tan dulce o engordara, nada ha hecho que cambie mi forma de parecer al desgustar aquella rebanada de sabor vainilla, durazno, etc. de sabroso pastel, si bien es cierto el pastel con tantos atributos de calorías harían perder la linea, también la harían perder una hamburguesa, unos hotcakes, una rebanada de pizza, etc. pero el pastel es el pastel, es un postre que siempre ha estado en el diccionario de mi vida y después de tantos años de saborearlo estando acompañado de familiares o amigos que algunas veces los rechazan, pondré un letrero que diga "basta de coacciones o de dictaduras pasteleras, comeros su pastel y dejadme en paz"
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