Me gusta descubrir
en las sombras de la noche,
un recuerdo escondido
de aquel pacto de amor,
en donde dos almas
hicieron del amor derroche,
donde eligieron la estrella
que guardaría su pasión,
remembranzas de noches
de horas encantadas,
de horas cantadas por el reloj
que anuncia las horas desatadas,
de olas suaves dejadas en la orilla
para siempre recordar,
convirtiendo aquel pacto de amor
en poesía que no puedo olvidar,
de esencia pura que todavía
al atraparme logran embriagar,
tomando mi conciencia
para hacer de ella décadas y eternidades,
deseándole alas nuevas
para renacer eternamente en mi corazón,
pacto de amor de un sol y una luna
en amores de equinoccio,
alumbrándose los dos con los sirios destellantes,
que dejaron suspendidos los cometas,
para aquellos dos amantes,
con palabras y complicidad en sus mensajes,
dejando al tiempo tal vez,
que puedan para siempre olvidarse,
o en ese pacto nunca dejen de amarse.
Martín.
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