El tiempo dice que a veces reímos por nada, y la vida, que se llora por una situación, cuando eramos niños se reía por todo y se lloraba por algo, niños entre fantasías contempladas en pasadizos secretos para descubrir todo aquello que deseábamos, pasar sobre los espejos y entrar en ellos para encontrar los libros de los cuentos para leerlos y devorarlos como el mejor pastel. escapar del enemigo para esconderse dentro de un closset y dibujar estrellas en ese lugar oscuro, esperando tener las alas de Peter Pan para escapar de ahí y volver cuando el enemigo se haya marchado o congelarlo con una espada y dejarlo ahí detenido en el tiempo que hubiésemos desea-
do. Encontrar aquel sueño que no recordé, pero que dejo ruinas azucaradas diciéndome que en verdad me hizo feliz, encontrando la ventana abierta y descubriendo trigo maduro color de oro, rodeado de grosellas, junto a los cercos que los tocaban, enredándose entre ellos los cerezos silvestres, infancia muda, infancia de ojos abiertos, ayudado por un ser desconocido, imaginario y hablantino, una infancia en un plano imaginario y simbólico, de las ilusiones donde no hay límites, encontrando sirenas y tritones en la tierra del nunca jamas, explicándoles a esos seres como se corto la mano el capitán Garfio, o adentrarse al bosque tiki para encontrar árboles que hablan. El gran antes que volvemos a vivír soñando en el mundo de la primera vez, y de aquel ser verde, el único habitante de aquella isla que solo el conocía.
do. Encontrar aquel sueño que no recordé, pero que dejo ruinas azucaradas diciéndome que en verdad me hizo feliz, encontrando la ventana abierta y descubriendo trigo maduro color de oro, rodeado de grosellas, junto a los cercos que los tocaban, enredándose entre ellos los cerezos silvestres, infancia muda, infancia de ojos abiertos, ayudado por un ser desconocido, imaginario y hablantino, una infancia en un plano imaginario y simbólico, de las ilusiones donde no hay límites, encontrando sirenas y tritones en la tierra del nunca jamas, explicándoles a esos seres como se corto la mano el capitán Garfio, o adentrarse al bosque tiki para encontrar árboles que hablan. El gran antes que volvemos a vivír soñando en el mundo de la primera vez, y de aquel ser verde, el único habitante de aquella isla que solo el conocía.
Martín.
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