A pesar de todo, todo esta bien, en orden y las cosas de la vida acomodadas de las mas buenas a las mas peores y si me quejara tal vez dejaría abandonadas las fuerzas en mi taza de café nocturno y revolvería ahí todo lo que me ha espantado y de esperar las horas mas oscuras antes del amanecer, para ver la silueta de un gato haciendo travesuras sobre los tejados contiguos de la calle, maullando y esforzándose por querer ver su cara reflejada en la luna que lo envuelve misteriosamente, si ese gato me contara historias tardarían cien días con sus noches para terminar de contármelas, empezando por contarme las veces que ha escapado de la bravura de un can tratando de alcanzarlo y hacerlo papilla, escapando de esa barda apresuradamente, me contaría de esos besos que ha escuchado en el silencio oscuro de una pareja amándose, asomándose indiscretamente por la cortina movida por el viento que las hace bailar en valses nocturnales, tendría historias de porque los gatos tienen siete vidas, ese gato se llama melquiades y así se me ocurrió llamarlo, es el mismo gato de siempre que pasa enfrente de mi ventana, me enseño los colmillos y sus fauces tratando de atrapar mi garganta, pensaría que es parecido a un vampiro, me ha atrapado no puedo escapar, he despertado, fue un mal sueño, otro sorbo de café y otro mas, ya amaneció, trataré de dormir, es domingo zzzzzz.
Martín.
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