llevo mis pasos por la noche fría, entre brumosas neblinas de calles heladas,
llegando el invierno muy despacio y sigiloso, escondiéndose en esferas
luminosas que alumbran en oscuridades para luego disiparse, y mientras
esto sucede, las melodías de las posadas navideñas parece que hacen bailar
hasta a las hojas de los árboles que se mueven con el viento helado,
seguiré caminando como hijo del invierno, y haré la noche mía.
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