Cae la tarde de un verano recién llegado posándose sobre las hojas secas que yacen esparcidas, dejándose llevar por el viento, agrupándose una sobre otra. como seres muertos de una naturaleza que les hizo la gracia de que brotaran de un tallo, cumplieron su ciclo y de un momento a otro serán removidas de su lugar para dar inicio a otras nuevas, ciclos extraños pero lógicos de una naturaleza muerta sobre la alfombra de mi patio, escuchando notas musicales grises al pisarlas con mis pies descalzos, logrando ver algunas hojas secas que caen del árbol, para posarse como esferas colgantes sobre la planta de café. Ya cae la noche, las lagunas de agua sobre los arboles se hunden poco a poco sobre sus raíces, cayendo las estrellas sobre ellos al verse reflejadas en el agua, el aroma de mi humeante taza con café se confunde con la tierra mojada del patio mientras cierro la puerta para adentrarme a la casa, volveré pronto de nuevo a ese patio donde nacen los sueños y mueren los ciclos.
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