No me alcanzo el corazón para volverte
un punto en el espacio y luego desaparecieras,
no pude echarte en el vacío de una lugubre
oscuridad y para siempre te marcharas,
detener el tiempo para encontrar
aquellos besos que quise darte pero ya no estabas,
de esperanzas que murieron escondidas
en claveles blancos alumbrados en el firmamento,
alcanzando polvos cósmicos
para no desear te marcharas incrustada en sus filamentos,
y con tu partida me dejaste intentando
tocar la estela de los besos que me quedaste debiendo.
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