Hada convertida en rojo oscuro de un ángel caído, con las heridas de sables hundiéndose en las gargantas de tus victimas, levanta tu vuelo con alas hacia tus recintos con paredes de la sangre de tus celos enfermizos, márchate y no vuelvas con el aguijón de aquel que te hace caer y marchita el esplendor de las alas que un día lucieron llenas de luz, criatura de rojo carmesí, escóndete en tus abismos o vuela tan alto para que de nuevo luzcas como aquel destello que en la luna un día conocí, huye de tu mar rojo y no dejes mancha en los corazones de aquellos que un día te conocieron.
Martín.
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