La lluvia llega intempestivamente mojando las humedades de recuerdos pasados,
de amores olvidados renaciendo en cada gota incrustándose sobre sus raíces secas,
dejándolas ahí que vuelvan a crecer sobre hiedras verdes acariciadas por el sol,
convirtiéndose en capullos rojos arrancados por una mano que los vio crecer.
La noche se hace mi cómplice llevándose con ella mis pasos sigilosos,
hacía esos sueños que tendré en la oscuridad que devora las horas nocturnas.
En un amanecer te estoy dejando ir, y te suelto, y te alejas,
y entre mis brazos sólo esta quedando tu sombra.
Ahora que no estoy dejo de ser aire, de ser río, de ser adiós y de nunca jamás,
y me siento mejor, y me voy de ti, y de salirte de mí, ya no estás.
Martín.
Ahora que no estoy dejo de ser aire, de ser río, de ser adiós y de nunca jamás,
y me siento mejor, y me voy de ti, y de salirte de mí, ya no estás.
Martín.
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