No me preguntes porque callo
lo que con besos te quiero decir,
y si acaso descubres en ellos mi respuesta
déjate por ellos seducir,
no espantes las palomas de mis besos
que en sus alas van a ti,
van dejando en sus estelas los sonidos de mis besos
que en los tuyos escondí,
y como un avaro antiguo escondo tus besos
debajo de la losa de un deseo,
apareciendo en el umbral del amanecer
para atraparlos y escudriñarlos,
y cuando llegue el anochecer,
encenderemos los sirios y nos alumbre el instinto,
y así de nuevo besarnos en la boca...
Martín.
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