Verdaderos tesoros que ahí permanecen, rodeados de versos, de muchas palabras cual joyas que resplandecen, tomando de ellas lo que nos corresponde, en acontecimientos pasados o presentes, nos llevaremos lo que mencionamos, de ayeres que ya pasaron y de aquí en adelante los presentes para ser recordados...

sábado, 8 de febrero de 2014

El mar...


El mar posee algo en si mismo que me atrapa cuando en el descansa mi pensamiento, es como dejar ahí plasmadas las imágenes de todo aquello que ha visitado mi vida y que tuvo que irse para siempre, algunas veces llegan esos recuerdos acompañados de palabras que se escribieron o se dijeron y las analizo con el filo de las realidades y prefiero que se alejen de mi para no entorpecer la paz que envuelve la vida misma y se marchen a otras almas que las esperan, para tal vez así sean mas felices y me dejen solo los mejores momentos que pude vivir al lado de sus sombras luminosas, el mar será siempre plenitud, lo lleva ya en su nombre, se dobla en equilibrios de esponjas azules de risas estruendosas cantándole al universo que seguirá existiendo tan airoso y lleno de vitalidad en sus vértices de espuma como flores de sal, para levantarse de nuevo con los golpes de sus vertebras ondulantes para irse alejando y regresar de nuevo a la tierra fina, de reflejos de sol o de luz de luna nocturna, abrazándose a la estrella de mar que en la orilla lo espera, en danzas desnudas y ágiles, guardando dentro de sus pupilas marinas esos encuentros, para dejarlos retratados para siempre en esos recuerdos que serán eternos...


                                                                           Martín.

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