Verdaderos tesoros que ahí permanecen, rodeados de versos, de muchas palabras cual joyas que resplandecen, tomando de ellas lo que nos corresponde, en acontecimientos pasados o presentes, nos llevaremos lo que mencionamos, de ayeres que ya pasaron y de aquí en adelante los presentes para ser recordados...

viernes, 18 de junio de 2010



Existe un hada mirando el cielo, mirando la luna en alguien piensa,
las horas transcurren, las magias brillan y lo inimaginable ocurre,
un hada llora, la luna la invita a volar hacia ella, y la magia empieza,
mil destellos rodean en su aureola, sus alas a extenderse comienzan.
el hada le pregunta a la luna, dime luna, si acaso alguien me recuerda,
si alguien por mi suspira, tu perdida en el espacio, ¿acaso lo miras?
la plateada luna le musita, desde una ventana alguien nunca te olvida,
tus destellos él también busca, eres tú la que lo motiva en su vida.
El hada sobre el césped se duerme, sus sueños vuelan a su encuentro,
él la espera, él la abraza, él la besa, son de esos mágicos encuentros,
las estrellas adornan como luces incandescentes en lo alto del cielo,
de su amor se desprenden fulgores centelleantes, fulgores luminosos.
Y en la quietud de la noche sus besos llegan hasta la imponente luna,
sellando con su luz a aquellos dos que no desean más cosa alguna,
que mirarse a los ojos, entrelazar sus amores realmente existentes,
de dos que se desean, de dos que decirse quieren que es lo que sienten.

Martín.














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