Eres tu lo que en la vida anhelo, lo que es mi consuelo,
que existen noches en donde eres cauza de mi desvelo,
y que también por estrecharte muero, y mirando el cielo,
anhelare de tu boca un beso, y en ese crepúsculo inmenso,
de amor transparente, de amor vehemente, que escapando
al infinito desea recrearse, dejando para siempre en mi mente,
momentos que tendré siempre presente, porque de nuevo el tenerte,
no son cauzas de suertes sino son cauzas divinas, de amores
que hacen que las horas pasen furtivas, sin detenerse,
llevándose también en ellas, los momentos de amores latentes,
perdiéndose entre penumbras, alumbrados por la blanca luna,
que con sus destellos nos cubre, porque en nuestros amores,
no hay impugnas, porque con tus besos mi amor impregnas,
y se escapan también todas mis penas, y mi alma de amor envenenas,
veneno de amor que no daña, porque a mi espíritu con tu luz de amor bañas,
y desde las entrañas del basto universo, para ti van estos versos.