Besos mojados de placer inmenso, besos de tiempos intensos,
besos que el aire atrapa y realiza momentos de total embeleso,
de encuentros de confines tan lejanos, besos que no son vanos,
besos que aprisionan, que no se olvidan, y que al alma enamoran.
Bocas que al juntarse, al espíritu también le arrancan suspiros,
que ya no hay nada que a aquellas bocas logren tan solo separase,
porque en barrotes exquisitos están aprisionados y encerrados,
y al escaparse en la distancia se añoran, se lloran y se imploran.
Y cuando de nuevo se encuentran, sus bocas se besan, bocas intensas,
que de tanto pensarse al tiempo le piden que su tiempo detenga,
besos mojados de placer inmenso, besos de tiempos intensos,
jamas olvidar podre de aquellos besos, de esos bellos encuentros.
Martín.
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