Verdaderos tesoros que ahí permanecen, rodeados de versos, de muchas palabras cual joyas que resplandecen, tomando de ellas lo que nos corresponde, en acontecimientos pasados o presentes, nos llevaremos lo que mencionamos, de ayeres que ya pasaron y de aquí en adelante los presentes para ser recordados...

martes, 4 de septiembre de 2012

Tormenta...







La tormenta empezaba en la penumbra de la noche, que se cobijaba con los pensamientos adormecidos, mientras tanto, el crujir de ramas y hojas arrastradas por el viento, golpeaban sin piedad las paredes de mi desierto, esperando avidamente el elixir del agua para atraparla en agrietadas tierras que esperaban ser renovadas, rayos luminosos capaces de traspasar murallas que atrapan inmisericorde el tiempo de mi vida, derrumbando ladrillos que se vuelven a construir de nuevo, empezando nuevamente a levantarse, creyendo que todo aquello que no es para mi
tiene que seguir su cauce, como esta lluvia abriendo caminos de  torrentes de agua, llevándose entre ella todo lo que encontró a su paso, dejando en sus orillas aquello que no pudo atrapar, miro el reloj pegado sobre la pared, la madrugada lo beso, confundiéndose el sonido de los segundos que seguidamente escucho en la penumbra con el sonido de la  lluvia que no deja de caer, dentro de poco con la salida del sol, podré mirar los árboles de mi patio que dejaron atrapadas en sus hojas las ultimas gotas de la tormenta que los mojó, las frutas esparcidas serán regalos que la naturaleza me regalo, tal vez inhale fuertemente como siempre el olor a lluvia mientras permanezco de pie frente a la ventana con mi taza de humeante café , la tormenta se irá, dejando sobre el cielo, algunas nubes esparcidas. Un rayo cae interrumpiendo el silencio, despertó al sueño que sobre una sábana se deja envolver...

Martín.

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