Verdaderos tesoros que ahí permanecen, rodeados de versos, de muchas palabras cual joyas que resplandecen, tomando de ellas lo que nos corresponde, en acontecimientos pasados o presentes, nos llevaremos lo que mencionamos, de ayeres que ya pasaron y de aquí en adelante los presentes para ser recordados...

domingo, 30 de diciembre de 2012

Vida y libertad...



Cerré la puerta detrás de mi,
le dí la espalda y deje encapsulados
algunos momentos de mi vida,
encerré algunos para volver a vivirlos algun día 
 fueron gratas luces de amor y de melancolía,
amor de lejania que deseé vehemente con el alma 
y en el corazón del verdadero tesoro encerraría,
quedé sentado sobre esa ventana de la otra dimensión,
pude observar lo que ahora viviría,
miré fijamente que la luz todo lo llenaba, 
y aunque el atardecer intentaba esconderse
aun asi resplandecía,
nada era diferente de lo que ya conocía,
solo que de ahora en adelante otros colores tendrían,
el sol daba su mejor concierto,
era la hora de despertar y de melodias que las aves podían cantar,
era mi mundo diferente donde ahora todo podría cambiar,
poner y quitar y los paisajes hasta ahí arrastrar,
ponerlos a mi antojo como a mi me pudiera agradar,
cuando yo quisiera tomar y por decisión soltar,
era la hora de sellar la ventana de esa vida,
sanar todo lo que me traje de ahí para amar y perdonar,
tambien pedir perdon para merecer bendición,
seré libre nada me ata ni a nadie ato, estoy en paz.

Martín.












domingo, 23 de diciembre de 2012

Aquél...



Encontré al problema ataviado con su mejor traje esperando mi encuentro,
lo miré directo a los ojos mostrando su sonrisa de lo mas siniestra,
quería hablarme y lanzar sobre mí el veneno de la mortificación y el sufrimiento
tomando con sus garras el tiempo de mi tranquilidad convirtiéndolo en horas funestas,
decidí que no me haría mas caminar sobre el calvario de sus abismos,
interrumpí sus palabras para que no taladrara mis oídos y poderme convencer,
llamé al mejor guerrero que en un pozo por su culpa iba a perecer,
aquél que en los milenios lo venció siempre por más de una vez,
aquél con mas brillo que el propio sol que opacaría su malogrado poder
ahora sobre las aguas de la vida flota todo aquello que el problema me quitó,
los guardaré en un cofre para que nadie pueda abrirlo ahora los recuperé,
tengo una razón para darme cuenta que todo lo de mi vida ha sido bueno,
razones equivocadas que por su culpa perdía poco a poco la ilusión de vivir,
te ordeno ahora problema que te devuelvas por el camino de tu propia perdición,
alguien maneja mi caso en el mejor de los expedientes para asi poder vencer,
húndete para siempre sobre los barrotes que se ábren en tu oscura prisión,
¿que aún no te das cuenta que ya no tienes poder sobre mi? 
la cobertura de Dios abraza todo aquello que me tenia como un reo frente a ti,
tengo un gran Señor que te aplasta, es un gran gigante que vive en la luz del Sion.

Martín.




miércoles, 19 de diciembre de 2012

Amor real...


Escuchaba voces en el viento
que venían del otro lado del mar
para calmar un poco con caricias
conocidas lo que me hace mal,
cachitos de cielo que dificilmente de mi vida
pueda para siempre arrancar,
lágrimas de sal que al recordarte y desearte
 mi pensamiento puedes endulzar,
bocanadas de aire para atrapar los besos
que siempre nos pudimos dar,
y aunque los dos pusimos un final
en el cielo quedo escrito fue un amor real,
porque justo en medio de los dos
la distancia no separaba
sino que nos acercaba más,
olas que vienen y van, como la vida que ahora está
y que después se puede cortar,
remembranzas de palabras acomodadas en las arterias
de un corazón que con su palpitar
nunca olvida cuando dijiste que aunque la vida
te pueda faltar hasta ahí me llevarás,
en la arena un corazón voy a trazar
y dentro de él un destello de luna voy a dibujar,
para tener siempre presente que nadie así jamas
alguien me pudo tanto amar
regocijos de un corazón llevando un mensaje
a través de tanta inmensidad,
que al escucharlo en tu oído como un caracol
te podrá decir yo te amé de verdad...

Martín.




sábado, 8 de diciembre de 2012

río...


Se asomó la luna dejando ver con su luz y sobre la superficie de un río, las últimas letras que se escribieron para hundirse para siempre en el fondo, y separarse extraviándose la  identidad de las palabras que significaron mucho, quise juntarlas para unirlas y no perderlas, pero se escaparon de mis manos, quise desesperadamente atraparlas para que no se las llevara la corriente del río de la vida y inútilmente mis intentos fueron fallidos, caerían en la cascada de los anhelos perdidos en donde se romperían entre las rocas para no volver mas a mi vida, fueron los sueños que se proyectaban en mi mente y queriendo verlos realizados quise poseerlos pero ya no era el tiempo porque ya no pertenecían en mi presente, aspiré hondamente los aires purificadores de los paisajes del reyno del silencio y de la paz, caminé por sus aguas y sentí la presencia revitalizadora de un Dios supremo que lo había formado, supliqué para escaparme en esas aguas y ya no ser yo, sino ser parte de un yo existente y luego nada,  las aguas seguirán circulando, hasta perderse en el cosmos marino, llegarán otras que suplan a las que colorearon al paisaje, mientras los últimos pensamientos harán su eco silencioso en el universo.

Martín.




sábado, 1 de diciembre de 2012

No era...



Abrí el regalo y escapó de él la bruma del recuerdo, me dí cuenta que no era el árbol,  no eran las luces y las esferas que guardaban dentro de ellas las voces atrapadas del pasado, las sorpresas de aquellos presentes infantiles y esperar el día siguiente para jugarlos, no era el nacimiento bajo el árbol, de las figuras bien acomodadas y el niño Jesús a un lado de María y José sus padres, no era el olor a pintura de la casa recién pintada, ni aquella vajilla que servida en la mesa abrazaba la cena navideña, tener ese árbol luminoso era desenterrar los recuerdos y volver a vivirlos de nuevo, tener las luces de colores en la ventana era volver de nuevo a ansiar aquellos años y escuchar aquellas voces y aquellas miradas que ya no están, se asoman con certeza esos recuerdos y llegan a lastimar con esos dardos decembrinos, fríos y arrancados del corazón para dejar escapar lo que se debe de recordar con felicidad y no con tristeza y lágrimas, abrí el regalo y su vacío fue lo mejor que pude tener porque lo llenó todo, era el regalo sin precio porque era incalculable, me pertenecía solo a mi y lo tendría todo el tiempo que quisiera, la noche de navidad pasaría, esperaría la siguiente para abrír de nuevo mi regalo.

Martín.