A veces siento que lo tengo todo,
que poco es lo que tengo y que a veces no tengo nada,
de esas veces que no tengo deseos de levantarme
y de no mirar por encima de mi ventana,
de quedarme estático y esperar la rotación del mundo
mientras duermo sin siquiera desear dormir,
de esperar madrugadas con fantasmas a mi lado,
acariciando la antigüedad de los deseos ya muertos,
de saber si compartes mis pensamientos,
que con alas van a los tuyos y se besan y al separarse se piensan,
pincelando en la tela con un marco hecho con anhelos
de un velero que por el mar me acompaña,
atropellando las huellas por donde vienes diciendo que me extrañas,
en aguas luminosas bañadas por la luna llena,
de cometas que van alumbrando el camino entre olas movidas
por el parpadeo oscuro de un mar en calma,
apagaré la lampara de una estrella que me alumbra
en la lejanía de mis horizontes ella tan etérea,
que me olvida y me recuerda que me encuentra
que me quema y con solo mirarla de amor dulce me envenena,
que la estoy perdiendo porque no me pertenece,
y que jamas no existirá nadie como ella...
Martín...