Mientras caía la noche
me aferraba a no esconderme para siempre
en el umbral de la inmensidad dentro de un todo,
era un sueño dentro de otro sueño que tenía
la vida se me iba, tal vez ya no me cantaría,
alguien me llamaba en el bosque de lo desconocido
bosque de robles y de llanuras encendidas
en donde mi alma para siempre se escondería,
corría como en un río sin orillas
pero veía a lo lejos lirios encendidos
voces que decían cruza el río aferrate a la vida,
alguien te esta necesitando no te duermas
busca en tu sueño allí en tus confines
el ave que te lleva, no te eleves,
ya comienza la estela de los astros
y la clamorosa luz de las estrellas,
aferrate al respiro,
luces que los ángeles tomaban
que venían en todas direcciones
eran oraciones con gratas intenciones
grandes bendiciones
para despertar de esos rincones,
poco a poco fui descubriendo
que viví de nuevo,
respiros lentos, dolores grandes,
todo pasa, todo se restablecerá
dejé el río, deje las voces
dejé aquél sueño inmerso en su totalidad
era solo un sueño dentro de otro sueño
seguiré observando las hojas del ciprés
que el otoño marchita
y escuchando la canción de verano
que el grillo musita,
no le gané la batalla a la vida
simplemente inundó mis sentidos
aquí sigo, aquí vivo
en el verdadero tesoro
que mi alma invita...
Martín...
